El Tercer Sector, un motor silencioso que sostiene a España: "Muy poquito cambia mucho"
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En
España, más de 4
millones de personas
trabajan o colaboran como voluntarias en alguna de las 28.000
ONG activas.
Aunque el
78%
son entidades pequeñas, su actividad representa ya el
1,2% del PIB.
Realizan
más de 100.000
pequeñas acciones
que rara vez llegan a los titulares pero que, según explica en COPE
el
director general de la Fundación Botín, Iñigo Sáenz de Miera
cambian
mucho la realidad social.
Estas
son las principales conclusiones del informe "El
Tercer Sector de Acción Social en España (2008-2024)",
encargado por la Fundación
Botín
y elaborado por investigadores y expertos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y de la
Universidad de Alcalá de Henares, un estudio que analiza el impacto
real, el crecimiento y los desafíos de futuro de un sector
imprescindible para la cohesión social del país.
Para
el director
general de la Fundación Botín,
el corazón del Tercer Sector sigue siendo su capacidad de
transformación social: "Todos
tenemos la experiencia de que nuestra labor puede cambiar muchas
vidas. Cuando ves a quienes lo están pasando mal, muy
poquito cambia mucho.
Por eso tiene sentido lo que hacemos",
afirma.
El
sector abarca ámbitos muy distintos, aunque todos esenciales. De
este trabajo cotidiano surgen miles de acciones que sustentan la vida
de muchas personas: apoyos escolares, acompañamiento, reparto de
alimentos, orientación laboral o asistencia sanitaria. Todas
actividades que, aunque pequeñas, sostienen la red de cuidados del
país: "Estamos
cerca de un anciano que está solo, de un niño inmigrante que no
tiene quién le ayude, o de los alumnos que se quedan atrás en el
desarrollo académico",
explica Sáenz de Miera.
Pese
a su enorme presencia, el impacto económico del Tercer Sector sigue
siendo poco conocido. En los últimos 15 años, la generación de
empleo ha crecido un 15%:
dan trabaja a alrededor de 600.000
personas.
Una
característica clave que destacan en el informe es que se trata de
un sector anticíclico: "Cuando
la economía va mal, el Sector Social funciona mejor y genera más
economía.
No
solo atendemos a quienes más lo necesitan, sino que
contribuimos a la recuperación
porque empleamos a más personas",
explica el director de la Fundación Botín.
Este
dinamismo demuestra que las ONG no solo cuidan, acompañan y
atienden; también crean
riqueza, empleo y tejido productivo,
incluso en épocas de crisis.
Buena
parte de la fortaleza de estas organizaciones reside en su capacidad
para lograr grandes impactos con recursos limitados. Según explica
Sáenz de Miera a COPE, la mitad de las 28.000 organizaciones
sociales activas en España cuentan con un presupuesto
anual de 30.000 euros o menos: "Se
puede hacer mucho con 30.000 euros, un montón de voluntarios y mucha
voluntad",
señala.
El
último informe revela también una transformación importante: en
los últimos 15 años, el sector ha reducido su dependencia de la
Administración Pública en un 12%,
mientras que su actividad ha crecido un 11%: "Somos un poco más autónomos", indica el director de la
Fundación Botín.
Cada
vez más ONG generan una parte creciente de sus propios recursos,
diversifican actividades y encuentran nuevas vías de financiación,
lo que refuerza su estabilidad. Aun así, el estudio insiste en que
el sector necesita más visibilidad, más reconocimiento y más apoyo
para consolidar su crecimiento. Aunque el impacto es indudable, el sector sigue siendo poco conocido para la mayoría de la población: "Estas acciones tienen un impacto enorme, pero se habla muy poco de ellas. La gente apenas es consciente de la existencia del sector social", reconoce Sáenz de Miera.
En
los últimos 15 años, se ha duplicado el número de personas
voluntarias; una figura que, admiten, es fundamental en estos
momentos: "Con
los recursos que se dispone, sería imposible hacer esto sin él. Son
muchas personas que dedican parte de su tiempo a ayudar a los demás",
afirma.
Claudia, de 22 años, es una de esas jóvenes voluntarias comprometidas con la acogida de familias en Cáritas en Madrid: "Soy voluntaria porque creo que es una labor de todos ayudar a los que más lo necesitan, y escuchar y entender realidades ajenas que nos rodean", indica.
Dentro
del sector preocupa especialmente el relevo generacional. Según el
Observatorio de la Plataforma de Voluntariado de España, los jóvenes
suponen el 13,1% de los voluntarios en nuestro país.
Ante este hecho, las organizaciones se marcan dos objetivos claros: "Tenemos que comunicar mejor, llegar más a los jóvenes y estar más presentes en su día a día", explica Sáenz de Miera. La solución, según señalan, pasa por adaptar lenguajes, canales y formatos para conectar con una nueva generación que quiere involucrarse, pero a menudo desconoce cómo hacerlo.




